Hace aproximadamente un año y medio, empecé a escuchar hablar de las empresas de calificación de deuda, coincidiendo en gran parte con la fase más fuerte de esta crisis financiera mundial. Gracias a que en ese momento estaba cursando las asignaturas de dirección financiera e instrumentos y mercados financieros, me fue más fácil comprender su función. Pero entiendo que cuando la gente, no digo de la Licenciatura de Administración y Dirección de empresas u otra de similares características, sino en general toda la sociedad, empezó a escuchar términos como Standard and Poor’s, Moody’s y demás agencias de calificación de deuda, no supiese de que se estaba hablando. Estas empresas o agencias se dedican a calificar la deuda de los emisores, dependiendo del nivel de solvencia de los mismos, con las calificaciones por ejemplo de AAA si la deuda es de máxima calidad posible(o sea el deudor es solvente), BB+ si es un poco peor etc.
Hay que decir que estas empresas han estado en el ojo del huracán, han sido criticadas y en algunas ocasiones acusadas de causar un gran perjuicio en la situación financiera en la que se encontraba la mayoría de los países del mundo. Qué ha pasado, muchos han tomado las consideraciones de estas agencias, como una especie de oráculo al que consultar y han depositado toda su confianza en esta calificación. Tiempo más tarde se ha acusado a las agencias de dar calificaciones interesadas, de asumir al mismo tiempo el papel de asesor de una empresa y calificador de sus productos o de utilizar métodos no transparentes para llevar a cabo las evaluaciones.
Uno de los casos que más repercusión tuvo, fue el caso de Enron empresa a la que se califico como empresa solvente, hasta solo 4 días antes de declararse en bancarrota. También muy conocido fue el caso de Lehman Brother, que también quebró en 2008 y ostentaba una calificación A, según Standard and Poor’s buena calidad. Por todo ello, se están dando una serie de recomendaciones o presiones para que estas empresas sean, de verdad una ayuda para mejorar y crear confianza en el sistema financiero y no vengan a sumar desconfianza y especulación.
Tenemos que tener en cuenta que son tres grandes empresas de carácter privado, las que copan el mercado y las propuestas o soluciones dadas no se prevé, que vayan a llegar pronto ni fácil. Por ejemplo, para el caso de la Unión Europea se propuso crear un órgano de vigilancia mercantil, o la creación de una institución pública sostenida con fondos de bancos.
Uno de los puntos fuertes de estas empresas, y que les hacen ser un gran negocio dentro del sector financiero, es que son empresas capaces de aumentar sus beneficios en situaciones de crisis, como se ha demostrado recientemente. Se debe en gran parte, a que entre sus accionistas cuentan con importantes fondos de inversión.
Como conclusión, no me parece adecuado que empresas que no son imparciales por motivos evidentes, y anteriormente expuestos puedan tener tanto peso y poder sobre la economía a nivel mundial. Más aun cuando se demuestra su ineficacia en casos claros de errores de calificación.